Adquirir una obra de arte, contratar un jet privado… Asistentes de élite comparten los secretos de un oficio en auge.
ROCÍO MENDOZA Miércoles, 2 septiembre 2020, 00:05
artículo original publicado en diario del Grupo Vocento
Era domingo, pero Cristina Lacasa nunca desconecta del todo. Echó un vistazo al móvil para comprobar si había peticiones de su cliente. No hizo mal: las había. Se encontraba en Roma, después de haber salido a dar un paseo para estrenar su nuevo deportivo… ¡Desde Ginebra! Cuando llegó a la capital italiana ya no le apetecía volver a realizar las casi diez horas de viaje de vuelta. Así que llamó a su asistente personal para que resolviese el asunto. En cuestión de unas horas, Lacasa había cogido un avión rumbo a Roma, después de haber gestionado otro billete con destino a la capital Suiza para su cliente. Una vez en Italia se ocupó del deportivo: fue ella quien lo condujo de regreso hasta su cochera. Y no solo eso: lo lavó, llenó el depósito de combustible y lo dejó a punto para la próxima. Misión cumplida.
Esta es una de las anécdotas que comparte Cristina Lacasa cuando intenta explicar lo peculiar que puede llegar a ser su trabajo. Esta profesional pertenece al selecto club de asistentes personales (conocidos también como ‘personal angels’) de millonarios, ya sean famosos o no, que se mueven en la élite social y económica del país. Un oficio que, aun alejado del común de los mortales, está en auge. Según el último Informe Mundial de la Riqueza, publicado por la consultora Capgemini, España sumó 11.000 ricos en 2019. En total, cuentan 235.000 grandes fortunas en nuestro país.
«Te tiene que gustar el servicio, tener capacidad para organizar, estar dispuesto a viajar de forma constante y saber estar» LOURDES CARBÓ (CEO LIFE STYLE INSTITUTE)
«Tienes que actuar como si tú fueses la persona para la que trabajas, ponerte en su piel para actuar como él lo haría y adelantarte a sus iniciativas» JIL VAN EYLEN (EXASESOR DEL FUTBOLISTA RIKJAARD).
Y estos perfiles llevan asociada de forma casi inevitable la figura de un asistente, una mano derecha que vaya mucho más allá de un secretario ejecutivo. Que esté en su vida, pero sin inmiscuirse. Que lo conozca hasta el punto de adelantarse a sus pasos. Que sepa resolver todo aquello a lo que él (o ella), por sus circunstancias, no puede dedicarse. Y todo en un escenario de lujo, con unos parámetros que se salen de lo común. ¿Se vería en ese papel? Lo cierto es que el personal preparado no abunda. «Hay demanda, pero no personas bien preparadas para cubrirla. Es lo que nos estamos encontrando», sostiene Lourdes Carbó, CEO de la agencia de ‘personal angels’ Alberta La Grup y del Life Style Institute. Para dar respuesta a esta realidad, comienza este mes de septiembre el primer posgrado de ‘personal angels’ que se imparte en España. Será de la mano de Carbó, como CEO del citado centro de formación, y un nutrido grupo de profesionales con experiencia en distintas materias relacionadas con el oficio. El primer grupo será reducido y está dirigido a perfiles muy variados. «Se han interesado profesionales de mundos muy distintos: historiadores, organizadores de eventos, periodistas, psicólogos, etc. Pero tienen en común el deseo de dar un giro a su carrera profesional. Algo que creemos que en estos momentos muchas personas se plantean», explica Carbó.
Así, más que experiencia previa en una u otra carrera lo que se necesita son ciertas aptitudes: el gusto por el servicio, disponibilidad para viajar constantemente, ser resolutivo hasta decir basta y tener mucha capacidad de organización. «Autoexigencia, gusto por los detalles, confianza en uno mismo y saber transmitirla», añade a la lista Cristina Lacasa. Eso sí, hay algo por encima de todo eso. Lo advierte Jil Van Eyle, el que fuese durante cinco años asesor personal del exjugador del Barcelona Frank Rijkaard. «La discreción está por encima de todo». Tanto es así que la confidencialidad figura en el contrato como motivo para su vigencia.
Callar y aprender
En su caso, no era profesional del ramo cuando en 2005 el jugador buscaba un holandés afincado en Barcelona que se ocupase de todo: su casa, su familia, sus relaciones, sus viajes, sus aficiones… Y por qué no, de sus caprichos. «Cuando hablamos hubo un ‘feelling’ especial entre nosotros, y accedí. Creo que este punto también es importante porque al final te tienes que poner en su piel y actuar como si realmente fueses él», recuerda este profesional, que trasladará a los alumnos del máster la parte más práctica de la profesión.
En este sentido, un ‘personal angel’ tiene que saber manejarse en circunstancias que el común de los mortales no llegan a intuir. Contratar un jet privado, estar al tanto de la legislación a la hora de adquirir obras de arte, conocer en profundidad el mercado del lujo y, especialmente, manejarse bien con el mantenimiento de varias mansiones a la vez. «Estos clientes suelen tener una media de cinco propiedades en distintas partes del mundo y una parte importante del trabajo es mantenerlas en estado óptimo, así como dirigir al personal que trabaja en ellas, y los proveedores para que todo esté a punto cuando el cliente o algún miembro de su familia las quiera utilizar», concreta Lacasa.
Conseguidores expertos
De cualquier modo, como reconoce el asesor del exfutbolista del FC Barcelona, también se trata de «aplicar el sentido común» y buscar siempre a las personas que te puedan ayudar a resolver problemas. En su caso, la discreción de la que hablaba le impide compartir circunstancias rocambolescas con su cliente. Pero, para hacernos una idea, recuerda las horas y horas dedicadas a buscar la forma de convertir un coche clásico, una de las pasiones de Reijkaard, en un deportivo de gran cilindrada. «Al final le tuve que decir que era imposible», confiesa. Poner límites y ser honesto en lo que no se puede conseguir también es importante para tener éxito en esto, reconoce Lacasa, mientras recuerda el tiempo que lleva dedicado a lograr unos cuencos tibetanos que tengan la altura exacta que pide su cliente para no romper la armonía de la decoración de su estancia, a pesar de que lo que hay en el mercado no encaja. O lograr el último bolso de lujo agotado.
«Estos clientes tienen una media de cinco mansiones por el mundo y una de las tareas es tenerlas a punto»
«Las peticiones estrambóticas a cualquier hora pueden agotar pero está bien pagado y se hacen contactos»
A las extravagancias, que nadie niega tienen que enfrentar, hay que sumar la dedicación completa, esto es, disponibilidad las 24 horas. Aunque, no de forma constante. «El tiempo se regula de otra forma. También hay semanas enteras de tranquilidad», advierte Carbó. Para Eylen, su experiencia pasó por momentos de «estrés enorme» y, más que estar hecho de una pasta especial, cree, como Lacasa, que hay que marcar distancia y pensar que es un trabajo más. «No eres su amigo, no estás para darle consejos. Hay que marcar muy bien la línea», aconseja Eylen. Todos coinciden en señalar como contrapartida que estás muy bien pagado (40.000 euros anuales mínimo) y la red de contactos que se hace es para toda la vida.
«Hay glamour, sí; pero hay que intentar evitar idealizar este mundo»
De no haber sido el ángel de la guarda del exfutbolista del FC Barcelona Frank Reijkaard entre 2005 y 2010 seguro que no habría pisado un yate de súper lujo en su vida. De la mano de su cliente conoció todo el mundo de glamour de los ricos. Pero Jil Van Eyle aconseja «no idealizarlo». Las fiestas y el lujo son reales, pero recuerda el trabajo como una experiencia muy exigente. La actitud buena, cree, es la de «aprender mucho» porque estás cerca de «gente top». Aprendes su forma de resolver crisis, sus dotes de liderazgo… Tanto es así que llegas a ponerte en su piel, «a actuar como él lo haría». Y en cuestiones muy personales. Cuando se logra esto, se alcanza el verdadero estado de ángel de la guarda.
Dos datos
11.000 es la cifra de nuevos millonarios registrada en 2019 en España. En esta categoría se incluyen fortunas que superan el millón de dólares que, en total, suman 235.000.
40.000euros es el salario anual mínimo desde el que parte un ‘personal angel’. El posgrado online de The LifeStyle Institute, que forma en las habilidades necesarias, el único de sus características en nuestro país, cuesta 7.500 euros.