8F9286AB-E196-459F-B593-660FF1FD8628  
“Un asistente personal debe seducir, persuadir, convencer… A veces, hacerse pasar por otra persona, siempre con respeto y dentro de la ley”   ***   Cuentan las malas lenguas que Madonna exige que siempre le pongan un váter nuevo en la habitación del hotel donde tenga que hospedarse y que, tras su visita, lo destruyan. Jennifer López, dicen, pide habitaciones llenas de juguetes para sus hijos y de máquinas de deporte para ella. Shakira exigiría en su hotel 30 litros de agua sin gas y 29 botellas de gaseosa. Y Paris Hilton, al parecer, demanda velas, flores y mariscos con ketchup de aperitivo en su habitación.  

IMG 3448
Portada del single “Dios nos libre del dinero” de la Rosalía. Pues yo prefiero que me castigues con él, Diosito…  

Anne Hathaway tenía que lidiar con una jefa rica y poderosa con muy mala leche en El diablo viste de Prada y Dakota Johnson iba algo estresada llevando la agenda y haciendo todos los recados de una diva del pop en Personal Assistant. El asistente personal es esa figura, evolución de la secretaria, que cobra más sentido que nunca en la era de la fría tecnología, en que se puede hacer una reserva con un solo dedo o avisar al smartphone para que te avise de una reunión. Porque sí, las máquinas simplifican la vida y funcionan, pero nada como un ser humano hecho a tu imagen y semejanza (aunque seas famoso) para quitarle los mocos a tu hija, reservar en aquel restaurante en el que no cogen reservas aunque seas Brad Pitt o conseguirte un adiestrador de perros que tenga los ojos azules. Esto último quizás es algo exagerado, pero el día a día de los asistentes personales está plagado de retos, muchos de los cuales son más que surrealistas.

CxhGMIEWIAA3Zef

Que igual Shakira pide tanta agua para refrescarse así, ¿no?   Si hay alguien con experiencia en esos lares es Lourdes Carbó, que durante veinte años ha trabajado como asistente personal (Personal Assistant, como lo llaman en el argot), en Alberta La Grup y luego como CEO en The Lifestyle Institute, donde forman a los PA. Un PA es la persona normal que está a la sombra de otra muy rica, que no solo le lleva la agenda diaria, sino que le prepara la sopa a su hija cuando está enferma, investiga qué flores le gustan a la señora de la casa o qué perfumes son los preferidos en su país de procedencia (¡no le pongas pachuli a un japonés!). Y le resuelve pollos, enormes pollos, lo cual, a veces, cuesta sangre, sudor y hasta lágrimas. “Porque si fallas un solo día, por mucho que lleves años ganándote la confianza de ese rico, de toda su familia, te van a penalizar de por vida, te van a recordar siempre que en aquella ocasión les fallaste”. Esto no quiere decir que todos los ricos sean unos caprichosos o unos déspotas. Hay de todo, tanto si tienes dinero como si no. Pero sí que es verdad que el nivel de exigencia es alto. Y sobre todo el de autoexigencia. “En una ocasión, hace años, un cliente viajaba con su madre enferma de cáncer desde Barcelona a Nueva York solo para pedir una tercera opinión. Yo tenía que acompañarles y me encargaba de hacer llegar las pruebas médicas de la señora desde el hospital de Barcelona al de NY. La visita con un prestigioso y solicitado oncólogo era el jueves y el miércoles por la tarde aún no habían llegado las pruebas a EEUU. Sin pruebas, la visita del jueves tendría que cancelarse; el viaje se habría hecho en vano. Me quería morir. Me recorrí todo el hospital con la ayuda de una amable enfermera y por fin dimos con el historial de la señora a las tres de la mañana, archivado en un cajón cualquiera. Por supuesto que mi cliente ni se enteró de lo sucedido ni de mi noche infernal. A la enfermera le mandé, días después, unos dulces de la pastelería Foix de Sarrià, que, por casualidad, había conocido tiempo antes en un viaje a Barcelona. Esa casualidad hizo que empatizara conmigo y que me ayudara, al verme tan desesperada”.   “En esta profesión hay que seducir constantemente, persuadir, convencer… A veces, hacerte pasar por otra persona, siempre con respeto y dentro de la ley, claro está”. “Si el cliente quiere ir a cenar a tal restaurante y llamas y no hay mesa, pues vuelves a llamar al día siguiente, y al otro, te haces amiga del responsable de sala, miras su Facebook si hace falta para ver de dónde es, qué aficiones tiene, por dónde le puedes entrar para conseguir la reserva”, explica Cristina Martí, PA que trabaja con Lourdes desde hace algo más de cinco años. ¿Para quiénes trabajan Lourdes y Cristina? “Nuestros clientes son familias con grandes patrimonios, de procedencia americana o españoles con negocios por todo el mundo; también muchos latinoamericanos; jóvenes con alto potencial de la lista Forbes y deportistas de élite”. Para ser un asistente personal “hay que saber idiomas, tener cierto bagaje cultural, entender de protocolo, saber organizarse, ser proactiva, tener empatía, ser observadora, discreta al máximo y, sobre todo muy flexible, porque un día estás tranquila y al siguiente, de repente, el cliente te pide que le pares el avión comercial que tiene que coger porque llega tarde al aeropuerto y tienes que inmovilizarlo media hora con cien personas dentro o se acaba el mundo”, dice Cristina. En esta profesión, la palabra “excusa” no puede existir, hay que conseguir lo que pide el cliente, por imposible que parezca, cuando sea y donde sea. “Cada vez que te llega un wasap es un reto distinto, ningún día es igual al otro”, dice Lourdes. Pero compensa. “Un PA puede ganar de 60.000 euros anuales hasta casi 200.000, como buscaba hace poco una familia de Beverly Hills. En ese caso, además, el PA podía vivir con la familia, en una zona apartada con su privacidad, pero cerca de ellos, porque la dedicación es total”. Y también compensa personalmente: “Aunque hay una línea muy clara entre vida profesional y personal, a muchos les acabas cogiendo cariño”, explica Cristina.

  IMG 3449

En “El diablo viste de Prada”, Anne Hathaway tiene que hacer de asistente de una jefa (Meryl Streep) algo complicada.   Lourdes y Cristina no me pueden explicar muchas más anécdotas ni darme nombres y apellidos, ni chivarme cómo cuidaba sus rizos Franz Rijkaard, que fue cliente de un compañero PA. Porque los PA deben firmar un estricto y blindado acuerdo de confidencialidad. Este mes de noviembre comienza en Barcelona la primera edición del curso de formación de asistentes de élite, una paso más de los PA que Lourdes ha bautizado “personal angels”. Clica aquí para más info.  



***   Si quieres que pongamos tu banner en esta newsletter, aquí tienes toda la info. •No te olvides de añadirnos a tu libreta de direcciones (tan fácil como guardar nuestro correo en tus contactos) para que no acabemos en spam. •Recomiéndanos a un amigo. Solo tienes que poner su email aquí. Y si te sientes generoso, puedes recomendarnos a más amistades de una sola vez clicando en botón forward de aquí abajo.       ©2020 Los reportajes que siempre quisimos publicar | Barcelona 08024

Recommended Posts