on air! Radio Euskadi

Entrevista (español) Radio Euskadi. Boulevard Magazine.

Puedes escuchar la entrevista a nuestra fundadora y CEO en este enlace: https://lnkd.in/dckGxUF
Realmente se está despertando mucha curiosidad sobre los Personal Angel -gran desconocimiento! y, poco a poco vamos descubriendo anécdotas y resolviendo dudas.
Una ocasión única para nuestro Postgrado PA-
Gracias por la amable atención- Miriam Duque – Radio Euskadi – 

Así es trabajar para un millonario.

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“Un asistente personal debe seducir, persuadir, convencer… A veces, hacerse pasar por otra persona, siempre con respeto y dentro de la ley”   ***   Cuentan las malas lenguas que Madonna exige que siempre le pongan un váter nuevo en la habitación del hotel donde tenga que hospedarse y que, tras su visita, lo destruyan. Jennifer López, dicen, pide habitaciones llenas de juguetes para sus hijos y de máquinas de deporte para ella. Shakira exigiría en su hotel 30 litros de agua sin gas y 29 botellas de gaseosa. Y Paris Hilton, al parecer, demanda velas, flores y mariscos con ketchup de aperitivo en su habitación.  

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Portada del single “Dios nos libre del dinero” de la Rosalía. Pues yo prefiero que me castigues con él, Diosito…  

Anne Hathaway tenía que lidiar con una jefa rica y poderosa con muy mala leche en El diablo viste de Prada y Dakota Johnson iba algo estresada llevando la agenda y haciendo todos los recados de una diva del pop en Personal Assistant. El asistente personal es esa figura, evolución de la secretaria, que cobra más sentido que nunca en la era de la fría tecnología, en que se puede hacer una reserva con un solo dedo o avisar al smartphone para que te avise de una reunión. Porque sí, las máquinas simplifican la vida y funcionan, pero nada como un ser humano hecho a tu imagen y semejanza (aunque seas famoso) para quitarle los mocos a tu hija, reservar en aquel restaurante en el que no cogen reservas aunque seas Brad Pitt o conseguirte un adiestrador de perros que tenga los ojos azules. Esto último quizás es algo exagerado, pero el día a día de los asistentes personales está plagado de retos, muchos de los cuales son más que surrealistas.

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Que igual Shakira pide tanta agua para refrescarse así, ¿no?   Si hay alguien con experiencia en esos lares es Lourdes Carbó, que durante veinte años ha trabajado como asistente personal (Personal Assistant, como lo llaman en el argot), en Alberta La Grup y luego como CEO en The Lifestyle Institute, donde forman a los PA. Un PA es la persona normal que está a la sombra de otra muy rica, que no solo le lleva la agenda diaria, sino que le prepara la sopa a su hija cuando está enferma, investiga qué flores le gustan a la señora de la casa o qué perfumes son los preferidos en su país de procedencia (¡no le pongas pachuli a un japonés!). Y le resuelve pollos, enormes pollos, lo cual, a veces, cuesta sangre, sudor y hasta lágrimas. “Porque si fallas un solo día, por mucho que lleves años ganándote la confianza de ese rico, de toda su familia, te van a penalizar de por vida, te van a recordar siempre que en aquella ocasión les fallaste”. Esto no quiere decir que todos los ricos sean unos caprichosos o unos déspotas. Hay de todo, tanto si tienes dinero como si no. Pero sí que es verdad que el nivel de exigencia es alto. Y sobre todo el de autoexigencia. “En una ocasión, hace años, un cliente viajaba con su madre enferma de cáncer desde Barcelona a Nueva York solo para pedir una tercera opinión. Yo tenía que acompañarles y me encargaba de hacer llegar las pruebas médicas de la señora desde el hospital de Barcelona al de NY. La visita con un prestigioso y solicitado oncólogo era el jueves y el miércoles por la tarde aún no habían llegado las pruebas a EEUU. Sin pruebas, la visita del jueves tendría que cancelarse; el viaje se habría hecho en vano. Me quería morir. Me recorrí todo el hospital con la ayuda de una amable enfermera y por fin dimos con el historial de la señora a las tres de la mañana, archivado en un cajón cualquiera. Por supuesto que mi cliente ni se enteró de lo sucedido ni de mi noche infernal. A la enfermera le mandé, días después, unos dulces de la pastelería Foix de Sarrià, que, por casualidad, había conocido tiempo antes en un viaje a Barcelona. Esa casualidad hizo que empatizara conmigo y que me ayudara, al verme tan desesperada”.   “En esta profesión hay que seducir constantemente, persuadir, convencer… A veces, hacerte pasar por otra persona, siempre con respeto y dentro de la ley, claro está”. “Si el cliente quiere ir a cenar a tal restaurante y llamas y no hay mesa, pues vuelves a llamar al día siguiente, y al otro, te haces amiga del responsable de sala, miras su Facebook si hace falta para ver de dónde es, qué aficiones tiene, por dónde le puedes entrar para conseguir la reserva”, explica Cristina Martí, PA que trabaja con Lourdes desde hace algo más de cinco años. ¿Para quiénes trabajan Lourdes y Cristina? “Nuestros clientes son familias con grandes patrimonios, de procedencia americana o españoles con negocios por todo el mundo; también muchos latinoamericanos; jóvenes con alto potencial de la lista Forbes y deportistas de élite”. Para ser un asistente personal “hay que saber idiomas, tener cierto bagaje cultural, entender de protocolo, saber organizarse, ser proactiva, tener empatía, ser observadora, discreta al máximo y, sobre todo muy flexible, porque un día estás tranquila y al siguiente, de repente, el cliente te pide que le pares el avión comercial que tiene que coger porque llega tarde al aeropuerto y tienes que inmovilizarlo media hora con cien personas dentro o se acaba el mundo”, dice Cristina. En esta profesión, la palabra “excusa” no puede existir, hay que conseguir lo que pide el cliente, por imposible que parezca, cuando sea y donde sea. “Cada vez que te llega un wasap es un reto distinto, ningún día es igual al otro”, dice Lourdes. Pero compensa. “Un PA puede ganar de 60.000 euros anuales hasta casi 200.000, como buscaba hace poco una familia de Beverly Hills. En ese caso, además, el PA podía vivir con la familia, en una zona apartada con su privacidad, pero cerca de ellos, porque la dedicación es total”. Y también compensa personalmente: “Aunque hay una línea muy clara entre vida profesional y personal, a muchos les acabas cogiendo cariño”, explica Cristina.

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En “El diablo viste de Prada”, Anne Hathaway tiene que hacer de asistente de una jefa (Meryl Streep) algo complicada.   Lourdes y Cristina no me pueden explicar muchas más anécdotas ni darme nombres y apellidos, ni chivarme cómo cuidaba sus rizos Franz Rijkaard, que fue cliente de un compañero PA. Porque los PA deben firmar un estricto y blindado acuerdo de confidencialidad. Este mes de noviembre comienza en Barcelona la primera edición del curso de formación de asistentes de élite, una paso más de los PA que Lourdes ha bautizado “personal angels”. Clica aquí para más info.  



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Millonario busca ‘ángel de la guarda’

Adquirir una obra de arte, contratar un jet privado… Asistentes de élite comparten los secretos de un oficio en auge.

ROCÍO MENDOZA Miércoles, 2 septiembre 2020, 00:05

artículo original publicado en diario del Grupo Vocento

Era domingo, pero Cristina Lacasa nunca desconecta del todo. Echó un vistazo al móvil para comprobar si había peticiones de su cliente. No hizo mal: las había. Se encontraba en Roma, después de haber salido a dar un paseo para estrenar su nuevo deportivo… ¡Desde Ginebra! Cuando llegó a la capital italiana ya no le apetecía volver a realizar las casi diez horas de viaje de vuelta. Así que llamó a su asistente personal para que resolviese el asunto. En cuestión de unas horas, Lacasa había cogido un avión rumbo a Roma, después de haber gestionado otro billete con destino a la capital Suiza para su cliente. Una vez en Italia se ocupó del deportivo: fue ella quien lo condujo de regreso hasta su cochera. Y no solo eso: lo lavó, llenó el depósito de combustible y lo dejó a punto para la próxima. Misión cumplida.

Esta es una de las anécdotas que comparte Cristina Lacasa cuando intenta explicar lo peculiar que puede llegar a ser su trabajo. Esta profesional pertenece al selecto club de asistentes personales (conocidos también como ‘personal angels’) de millonarios, ya sean famosos o no, que se mueven en la élite social y económica del país. Un oficio que, aun alejado del común de los mortales, está en auge. Según el último Informe Mundial de la Riqueza, publicado por la consultora Capgemini, España sumó 11.000 ricos en 2019. En total, cuentan 235.000 grandes fortunas en nuestro país.

«Te tiene que gustar el servicio, tener capacidad para organizar, estar dispuesto a viajar de forma constante y saber estar» LOURDES CARBÓ (CEO LIFE STYLE INSTITUTE)

«Tienes que actuar como si tú fueses la persona para la que trabajas, ponerte en su piel para actuar como él lo haría y adelantarte a sus iniciativas» JIL VAN EYLEN (EXASESOR DEL FUTBOLISTA RIKJAARD).

Y estos perfiles llevan asociada de forma casi inevitable la figura de un asistente, una mano derecha que vaya mucho más allá de un secretario ejecutivo. Que esté en su vida, pero sin inmiscuirse. Que lo conozca hasta el punto de adelantarse a sus pasos. Que sepa resolver todo aquello a lo que él (o ella), por sus circunstancias, no puede dedicarse. Y todo en un escenario de lujo, con unos parámetros que se salen de lo común. ¿Se vería en ese papel? Lo cierto es que el personal preparado no abunda. «Hay demanda, pero no personas bien preparadas para cubrirla. Es lo que nos estamos encontrando», sostiene Lourdes Carbó, CEO de la agencia de ‘personal angels’ Alberta La Grup y del Life Style Institute. Para dar respuesta a esta realidad, comienza este mes de septiembre el primer posgrado de ‘personal angels’ que se imparte en España. Será de la mano de Carbó, como CEO del citado centro de formación, y un nutrido grupo de profesionales con experiencia en distintas materias relacionadas con el oficio. El primer grupo será reducido y está dirigido a perfiles muy variados. «Se han interesado profesionales de mundos muy distintos: historiadores, organizadores de eventos, periodistas, psicólogos, etc. Pero tienen en común el deseo de dar un giro a su carrera profesional. Algo que creemos que en estos momentos muchas personas se plantean», explica Carbó.

Así, más que experiencia previa en una u otra carrera lo que se necesita son ciertas aptitudes: el gusto por el servicio, disponibilidad para viajar constantemente, ser resolutivo hasta decir basta y tener mucha capacidad de organización. «Autoexigencia, gusto por los detalles, confianza en uno mismo y saber transmitirla», añade a la lista Cristina Lacasa. Eso sí, hay algo por encima de todo eso. Lo advierte Jil Van Eyle, el que fuese durante cinco años asesor personal del exjugador del Barcelona Frank Rijkaard. «La discreción está por encima de todo». Tanto es así que la confidencialidad figura en el contrato como motivo para su vigencia.

Callar y aprender

En su caso, no era profesional del ramo cuando en 2005 el jugador buscaba un holandés afincado en Barcelona que se ocupase de todo: su casa, su familia, sus relaciones, sus viajes, sus aficiones… Y por qué no, de sus caprichos. «Cuando hablamos hubo un ‘feelling’ especial entre nosotros, y accedí. Creo que este punto también es importante porque al final te tienes que poner en su piel y actuar como si realmente fueses él», recuerda este profesional, que trasladará a los alumnos del máster la parte más práctica de la profesión.

En este sentido, un ‘personal angel’ tiene que saber manejarse en circunstancias que el común de los mortales no llegan a intuir. Contratar un jet privado, estar al tanto de la legislación a la hora de adquirir obras de arte, conocer en profundidad el mercado del lujo y, especialmente, manejarse bien con el mantenimiento de varias mansiones a la vez. «Estos clientes suelen tener una media de cinco propiedades en distintas partes del mundo y una parte importante del trabajo es mantenerlas en estado óptimo, así como dirigir al personal que trabaja en ellas, y los proveedores para que todo esté a punto cuando el cliente o algún miembro de su familia las quiera utilizar», concreta Lacasa.

Conseguidores expertos

De cualquier modo, como reconoce el asesor del exfutbolista del FC Barcelona, también se trata de «aplicar el sentido común» y buscar siempre a las personas que te puedan ayudar a resolver problemas. En su caso, la discreción de la que hablaba le impide compartir circunstancias rocambolescas con su cliente. Pero, para hacernos una idea, recuerda las horas y horas dedicadas a buscar la forma de convertir un coche clásico, una de las pasiones de Reijkaard, en un deportivo de gran cilindrada. «Al final le tuve que decir que era imposible», confiesa. Poner límites y ser honesto en lo que no se puede conseguir también es importante para tener éxito en esto, reconoce Lacasa, mientras recuerda el tiempo que lleva dedicado a lograr unos cuencos tibetanos que tengan la altura exacta que pide su cliente para no romper la armonía de la decoración de su estancia, a pesar de que lo que hay en el mercado no encaja. O lograr el último bolso de lujo agotado.

«Estos clientes tienen una media de cinco mansiones por el mundo y una de las tareas es tenerlas a punto»

«Las peticiones estrambóticas a cualquier hora pueden agotar pero está bien pagado y se hacen contactos»

A las extravagancias, que nadie niega tienen que enfrentar, hay que sumar la dedicación completa, esto es, disponibilidad las 24 horas. Aunque, no de forma constante. «El tiempo se regula de otra forma. También hay semanas enteras de tranquilidad», advierte Carbó. Para Eylen, su experiencia pasó por momentos de «estrés enorme» y, más que estar hecho de una pasta especial, cree, como Lacasa, que hay que marcar distancia y pensar que es un trabajo más. «No eres su amigo, no estás para darle consejos. Hay que marcar muy bien la línea», aconseja Eylen. Todos coinciden en señalar como contrapartida que estás muy bien pagado  (40.000 euros anuales mínimo) y la red de contactos que se hace es para toda la vida.

«Hay glamour, sí; pero hay que intentar evitar idealizar este mundo»

De no haber sido el ángel de la guarda del exfutbolista del FC Barcelona Frank Reijkaard entre 2005 y 2010 seguro que no habría pisado un yate de súper lujo en su vida. De la mano de su cliente conoció todo el mundo de glamour de los ricos. Pero Jil Van Eyle aconseja «no idealizarlo». Las fiestas y el lujo son reales, pero recuerda el trabajo como una experiencia muy exigente. La actitud buena, cree, es la de «aprender mucho» porque estás cerca de «gente top». Aprendes su forma de resolver crisis, sus dotes de liderazgo… Tanto es así que llegas a ponerte en su piel, «a actuar como él lo haría». Y en cuestiones muy personales. Cuando se logra esto, se alcanza el verdadero estado de ángel de la guarda.

Dos datos

11.000 es la cifra de nuevos millonarios registrada en 2019 en España. En esta categoría se incluyen fortunas que superan el millón de dólares que, en total, suman 235.000.

40.000euros es el salario anual mínimo desde el que parte un ‘personal angel’. El posgrado online de The LifeStyle Institute, que forma en las habilidades necesarias, el único de sus características en nuestro país, cuesta 7.500 euros.